A partir de un cercano y apasionado conocimiento del artista y la obra glosados en cada ocasión, y con la honesta intención de atreverse a presentar creadores y creaciones empleando palabras que no sean las del agente de ventas o el maestro de ceremonias, los textos trazan, también, el inventario de una sensibilidad personal, una cartografía de los intereses del propio Liaño, hasta revelar un retrato biográfico arcimboldiano en el que se enhebran temas como el símbolo, la imagen y la imaginación, la realidad, la memoria, Giordano Bruno, el impulso romántico, las vanguardias, Dalí, la vanitas, lo monstruoso, el mercantilismo, lo incógnito, los sistemas de conocimiento...
